Las Oficinas de FAO en Colombia y en Nicaragua han desarrollado interesantes procesos de identificación de las necesidades de inversiones públicas en sus territorios rurales, mediante el diseño y aplicación de herramientas y metodologías que les permitieron posicionarse con los gobiernos nacionales, los gobiernos y actores territoriales, la cooperación internacional y el sector privado. Estos procesos han permitido que estas oficinas se constituyan en referentes en la materia, a nivel de FAO regional.
Si bien ambas experiencias están orientadas a la construcción de un portafolio de proyectos de inversión y su posterior movilización de recursos, la aproximación metodológica que han hecho estos países, ha sido distinta. En Colombia, el proceso parte en respuesta al apoyo que brinda FAO al Gobierno en la implementación del Acuerdo de Paz y la Reforma Rural Integral. Su estrategia parte desde los territorios, mediante un proceso de levantamiento de información masivo, altamente participativo, que derivó en la definición de líneas económicas priorizadas por territorio y en la construcción de un portafolio de inversiones productivas, consensuado y validado por las bases. En Nicaragua, por su parte, el proceso metodológico comienza desde una mirada macroeconómica de la situación del país, a través de la aplicación de un modelo de Equilibrio General Computable que, simulando diversos escenarios de inversión pública y origen de los recursos, arroja resultados favorables cuando la destinación de los recursos para inversiones productivas, es realizada en tres cadenas agropecuarias específicas (ganadería, café y granos básicos).
La sistematización de ambas experiencias ha sido encargada a Constanza Saa Isamit, socia de Qualitas Agroconsultores Ltda., y tuvo por objetivo dar a conocer estas iniciativas y extraer buenas prácticas y lecciones aprendidas que puedan ser de utilidad para otros países de la región.